
Abogado, diplomático, ensayista y uno de los principales intelectuales que impulsaron la creación de lo que hoy es la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM; estos son algunos de los destacados aportes del investigador Víctor Flores Olea, fallecido el 22 de noviembre de 2020, a los 88 años en la ciudad de Acapulco, Guerrero, bajo múltiples méritos que lo acompañaron hasta sus últimos momentos.
Nacido el 24 de agosto de 1932 en Toluca, Estado de México, Flores Olea tuvo la oportunidad de observar la aparición del socialismo en Cuba mientras se desarrollaba la Guerra Fría. Como director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la FCPyS, fungió como intermediario entre estudiantes y autoridades durante el desarrollo del movimiento estudiantil de 1968.
Obtuvo su licenciatura en Derecho en la Máxima Casa de Estudios del país y, posteriormente, realizó estudios de posgrado en Ciencias Políticas en la entonces Escuela Práctica de Altos Estudios de París.
A su regreso a México, fue nombrado director de la FCPyS durante cinco años, a partir de 1970 y, en su recorrido por esta escuela, convocó diversas figuras intelectuales contemporáneas para debatir sobre asuntos de relevancia; entre las que se encuentran: Herbert Marcuse, Lucien Goldman, André Gorz, Lucio Colleti, C. Wright Mills, Serge Mallet, Umberto Cerroni, Erich Fromm, Jean Whal, Laszek Kolakowski, entre otros.
El pensamiento intelectual del investigador lo catapultó para ocupar el cargo de embajador mexicano en la entonces URSS durante un año, motivo por el cual dejó la dirección de la Facultad.
Debido a su gestión como embajador, en 1977 fue nombrado vicepresidente de la Comisión de los Estados Unidos Mexicanos para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y, de 1982 a 1988, se desempeñó como subsecretario para Asuntos Multilaterales de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Su vasto conocimiento cultural lo posicionó como puntero de las demandas intelectuales de la época, lo que trajo como consecuencia la creación del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, -antecedente de la actual Secretaría de Cultura- en donde s como presidente de dicho Consejo de 1988 a 1992.
Entre la obra literaria más importante del doctor Flores Olea pueden destacarse los cuentos Registro de los sueños (1990) y Tres historias de mujer (1999), así como las novelas Tiempos de olvido (1992) y Memoria en llamas (1995). De igual manera, trabajó en la Revista Medio Siglo de la Facultad de Derecho de la UNAM como codirector durante los años 50 y, posteriormente, se unió a las filas de los periódicos Excélsior, El Universal y La Jornada.
Finalmente, y de regreso a la UNAM, su alma máter, se incorporó al Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), lugar donde dedicó tiempo a líneas de investigación como las Relaciones Internacionales y los Sistemas Políticos. Lo recordamos con sus últimas dos obras: Crisis de la Globalidad y Crisis de las Utopías, las cuales escribió en este Centro, como legado de su postura crítica sobre los problemas actuales de la sociedad y la política mundial.